Cada año, casi 2,5 millones de parejas se casan en Estados Unidos, gastando una media de 20.000 dólares por pareja, lo que supone una industria de 72.000 millones de dólares.
La planificación y organización de una boda sigue siendo una empresa importante y muchas parejas no tienen tiempo para dedicarle, y están más que contentas de dejar la planificación en manos de un profesional.
Se calcula que un 15% de las parejas recurren a los servicios de un organizador de bodas profesional. Ser organizador de bodas te permite ser tu propio jefe; es una profesión que la mayoría de la gente considera divertida y gratificante, y no hay requisitos ni cualificaciones especiales. Alrededor de 10.000 personas en Estados Unidos dicen ser planificadores de bodas profesionales.
Como organizador de bodas, eres responsable de todos los aspectos de la boda: la ceremonia, el evento, la música, las flores, la fotografía, el banquete y quizás el alojamiento de los novios y los invitados.
Si eres alegre, disfrutas el trato con la gente y eres una persona confiable y empática, éste es un negocio ideal para ti.
Un Wedding Planner es el experto encargado de ayudar a los novios para que su gran día sea memorable. Estará a cargo de todos los detalles de la boda de principio a fin.
La labor más importante de un Wedding Planner es que los novios y los invitados puedan disfrutar del gran día, sabiendo que todos los detalles están siendo atendidos por un profesional de confianza.
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